El sueño de todo jinete es estar unido y conectado con el caballo, de sentirse como un centauro. Es llegar a sentir que éste animal puede leer la mente de su jinete, de que actua y entiende con facilidad lo que se le pide, lejos de querer luchar con él.
A ningún jinete le gusta hacerle daño a su caballo y a ningún caballo le gusta crearle disgusto a su jinete. Pero la realidad es, que muchas veces eso es lo que sucede montando. Malentendidos y tensiones dificultan una equitación armónica y crean lo que sería justo lo contrario de una unidad entre el humano y el equino. Una cosa está clara, el caballo no nació para ser montado, pero si aprendemos a no molestarle, podremos conseguir una equitación equilibrada y armoníca en la cual el animal pueda desarollar todo su potencial y pueda llegar a moverse con ganas e ilusión llevando al humano encima.
El dificultad de la equitación es que se trate de dos cuerpos, dos seres vivos, que tienen que encontrar una manera de conectarse para entenderse y estar a gusto trabajando juntos para alcanzar una monta tan equilibarda y armonizada que resulte ser un baile.
Todos sabemos que para bailar con alguien no sólo hace falta la conexión de dos cuerpos sinó tambíen de sus mentes para llegar a movimientos realmente armonizados. Lo mismo pasa en la equitación. Es decir, por una parte esta el cuerpo del jinete con toda su complejidad: el conjunto del esqueleto, musculos, tendones y ligamentos y los problemas que cada uno tiene en su aparato locomotor junto con todo lo relacionado con su estado de animo, las emociones y todo lo que sería el estado mental. Y por otra parte está el caballo, que tiene la misma complejidad que el humano en referencia a su aparato locomotor y su mundo emocional. Cada caballo, como cada jinete tiene sus partes fuertes y sus partes débiles, tiene por una parte lo que le sale con facilidad y por otra parte sus bloqueos emocionales y físicos. Además el caballo es tan receptivo que capta nuestro estado de ánimo enseguida; un jinete nervioso tendrá siempre la tendencia de poner al caballo nervioso y un jinete tenso con un bloqueo en el cuerpo creará una postura de compensación en él que dara lugar a otro bloqueo muscular en el cuerpo del equino. Y así muchas veces empieza un circulo vicioso, en el que jinete y caballo se tensan y se bloquean mutuamente.
Así que, en la equitación no sólo nos enfrentamos al reto de buscar nuestro equilibrio físico y mental sinó que también buscamos el del caballo. Una vez encontrada y aprendida la manera para crear y mantener el equilibrio de éstos dos seres vivos, llegarémos a una equitación en equilibrio de cuerpo y mente.